La actual Junta Central Electoral, presidida por el magistrado Román Jaquez Liranzo, ha logrado en tan solo cuatro años, una proeza histórica que pocas instituciones de la República Dominicana han podido alcanzar. El equipo dirigencial encabezado por Jaquez Liranzo ha sido capaz de rescatar, fortalecer y dimensionar a niveles extraordinarios la imagen y el trabajo de la JCE, llevándola a ocupar uno de los primeros lugares en cuanto a las instituciones más transparentes, de mayor confianza y más credibilidad en la sociedad dominicana.
Luego de la suspensión de las elecciones municipales de febrero del 2020, algo que nunca antes había sucedido en la historia electoral dominicana, la JCE pasó por un período muy difícil de desconfianza y poca credibilidad por parte de las sociedad dominicana y del sistema de partidos políticos. Es necesario decir que, durante la gestión del magistrado Roberto Rosario como presidente de la JCE, se logró romper con el fantasma del fraude electoral y esa institución se desarrolló en términos de trabajos electorales y de la modernización del registro civil.
Sin embargo, el colapso de las elecciones municipales del 2020 y la no clarificación de las causas que lo provocaron, llevó a que esa institución perdiera casi toda la credibilidad que había recuperado. Y aunque el proceso electoral nacional de julio del 2020, donde resultó electo el presidente Abinader en primera vuelta, le dio un leve respiro a la imagen de la JCE, lo cierto es que esa institución resultaba muy poco convincente y poco creíble, y todos teníamos el gran temor de lo que podría pasar en los dos procesos electorales del 2024.
Cuando el magistrado Roman Jaquez fue electo como presidente de la JCE en noviembre del 2020, muchos nos sentimos confiados en que esa institución sería rescatada y podría convertirse nuevamente en un ente confiable en los procesos de elección de las autoridades municipales, congresionales y nacionales. La gran experiencia alcanzada y el gran trabajo realizado por Roman Jaquez al frente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), del cual fue presidente, era una garantía de que su trabajo dirigiendo un nuevo equipo en la JCE daría resultados muy positivos.
Y así ha sido. La actual JCE ha realizado un trabajo sumamente efectivo y trascendente, garantizado por la transparencia, la consulta permanente y la confiabilidad en todos los procesos electorales que ha organizado. Como resultado de ese buen trabajo, en estos días la JCE ha recibido dos reconocimientos que la consolidan como una de las instituciones con mayor grado de credibilidad, transparencia y confianza de la República Dominicana.
El primero fue un reconocimiento especial por parte de la Organización de Estados de Estados Americanos (OEA) por haber implementado en las elecciones presidenciales de mayo del 2020, una serie de recomendaciones que la Misión de Observación de la OEA le hizo llegar luego de fiscalizar las elecciones municipales de febrero del 2020. La OEA felicitó a la JCE por haber asumido e implementado de manera eficaz “una matriz de respuesta contentiva de 39 puntos y 66 adjuntos” y en su informe dice lo siguiente: “La JCE incluso sistematizó estas recomendaciones y entregó a la Misión una respuesta detallada sobre las mejoras realizadas en las diferentes áreas. Esto constituye una buena práctica que la OEA respetuosamente insta a replicar en otros países.”
El otro reconocimiento obtenido por la actual JCE esta contenido en la Primera Encuesta de Cultura Democrática 2020-2023, realizada por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, y publicada la pasada semana. En esa encuesta la JCE es la segunda institución dominicana que goza de mayor prestigio y credibilidad con un 39.1%, siendo solo superada por el presidente de la República con un escaso 0.4%, pues la presidencia tiene un respaldo de 39.5%. Estos datos y esta posición de respeto y credibilidad de la JCE, es fruto del gran trabajo realizado por esa institución caracterizado por la profesionalidad, la integridad, la responsabilidad y la transparencia.
Expresamos nuestra felicitación al presidente de la JCE, Roman Jaquez, y al actual equipo directivo de esa institución por haber rescatado la imagen y el respeto de esa entidad, que es un elemento muy importante para el fortalecimiento de la democracia dominicana. Una JCE creíble, respetable, efectiva y transparente es un soporte y garantía de que nuestras autoridades sean elegidas de forma confiable y que, por lo tanto, podamos preservar el clima de estabilidad política que nos ha permitido el crecimiento y la estabilidad macroeconómica de las últimas décadas.
Euri Cabral
Economista y Comunicador